La próxima vez que te encuentres con un xoloitzcuintle sin pelo, recuerda que detrás de esa elegante desnudez hay un gen llamado FOXl3 tejiendo la historia genética de esta asombrosa raza. La naturaleza, una vez más, nos sorprende con su creatividad genética, haciendo que cada xolo sea una obra maestra única en sí misma.